El domingo volví a descubrir que en nuestro bendito país aun existe gente honrada, es la segunda ves que extravío mi teléfono móvil y la misma cantidad de veces la persona que lo ha encontrado lo ha devuelto.
La primera ves fue en un taxi en diciembre del año pasado y la última el domingo 15 de febrero. El mismo día pillé esta imagen que muestra la búsqueda de un ser querido, la preocupación de estas personas por conseguir 10 céntimos para comerse un pan; es algo racista la imagen, pero muestra la realidad que vemos en las esquinas de nuestra urbe.
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