Hace unos días aparecieron dos integrantes nuevas en mi vida, después de mucho tiempo me volví a comprar guitarras, y sí son dos: una Fender Telecaster y una nueva Les Paul Epiphone.
Recordé cuando era niño, cuando mi madre me compró la primera guitarra; tenía 4 años y desde que la vi la amé. Tocar, hoy , es una extensión del alma es como si hubiese nacido con la guitarra tatuada al cuerpo.
Amo tocar, amo estar parado en un escenario y sentir que todo desaparece cuando rifeo los solos y sentir que el Cabaret (la banda que tengo con mis hermanos) es la fuente más grande de energía en ese momento.
Taube y Hatto respectivamente nombradas estas dos nuevas "hijas", se unirán a Juanita mi primera Les Paul que ya tiene más de 16 años a mi lado y sigue sonando como una verdadera estrella.
Taube y Hatto vienen a completar un sueño, un sueño que puede lograr una ves mas gracias a mi demente, pero espectacular madre, ¿que haría yo sin ti paquita? ¿qué sería de mí? NO CHE, como dice mi mejor amiga y hermana Patty...... no che.
Tener guitarras nuevas es volver a esa necesidad de empezar, de cero, de la nada. Es volver a ser ese niño que con las justas podía alcanzar la última cuerda en el traste por que mis dedos aun eran muy pequeños, pero no importaba seguí intentando hasta que un día llegué.
Mañana es tu cumpleaño, no me he olvidado, nunca lo haré. Por eso mis guitarras llevan tu nombre. Siempre te amaré.
Para ti princesa vampira.
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